Se acerca el momento de la investidura y con ella la hora de la verdad; Mariano Rajoy debe afrontar los grandes desafíos que las circunstancias marcan, aunque por otra parte esas mismas circunstancias le han posiblitado la llegada al poder. Ante la gran adversidad económica y el drama de unas cifras de paro que se asemejan a un país tercermundista comprobaremos su auténtico genio capacidad y temple.
Ha ganado las elecciones pero... ¿le ganará el pulso al paro? esa es la cuestión crucial, mensajes del estilo: los jóvenes titulados deben emigrar, nos espera un año muy duro o que en un año es imposible que disminuya el paro, son distintas formas de reconocer que la situación le supera.
En el campo financiero ¿el estado por qué tiene que asumir las pérdidas de la banca en los mercados? ¿por qué un sistema liberal a las malas reclama dinero al estado para ser rescatado? ¿Por qué el sistema financiero español no asume sus pérdidas? y sin embargo el pueblo debe asumir una tasa de paro asfixiante.
Los oráculos de Rajoy no nos auguran nada bueno, su prensa adepta, (con telemadrid a la cabeza, Hermann Tertsch e Isabel San Sebastián entre otros) nos pronostican un 2012 dificilísimo, si, los mismos que antes de las elecciones prometían tener la varita mágica para la crisis, ahora se esconden y vuelven a mirar al ya pasado Gobierno de Rodríguez Zapatero.
Por cierto, esos mismos periodistas que se han tirado toda la crisis criticando a Zapatero, ¿se atreverán a criticar a Rajoy si en los primeros 6 meses no consigue reducir el paro?. La respuesta es sencilla: no, se dedicarán a cantar la glorias y alabanzas del PP.
Espero que todos estos augurios no sean ciertos, y el próximo gobierno de Rajoy consiga remontar la situación apocalíptica que atraviesa España.
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