martes, 22 de noviembre de 2011

Bendita Asimetría

Mi primer post de actualidad no podía empezar por un tema que no fuera el de la crisis. Una crisis económica, que deriva de otra humana, o como me gusta decir a mí, de asimetría.
Me explico: a un ejecutivo de Wall Street se le pide que gane dinero cueste lo que cueste, incluso realizando inversiones en negocios dudosos o inmorales (el origen de la famosa Crisis Ninja según Leopoldo Abadía) -y si no es capaz de hacerlo-, diría su jefe -usted no vale para esto.
Al político que gane las elecciones a toda costa, ya sea mintiendo, con programas electorales ambiguos, o peor, metiéndose con el partido de al lado, pero su lado simétrico es que nosotros les creamos.
En el campo educativo la situación es desesperante, al profesor se le pide que imparta un temario, que aprueben el número máximo de alumnos posible, que despache a los padres y que no moleste a la dirección. A nadie le interesa qué ha descubierto este profesor y qué ha descubierto descubriéndolo, pero su terrible simetría es que los propios padres asuman que los colegios e institutos son una guardería o un aparcamiento para sus hijos mientras ellos cumplen con su jornada laboral.

Con estos ejemplos he intentado mostrar que ante una situación ya difícil, amenaza una contrapartida simétrica peor. Falta ese lado asimétrico, esa salida humana, que reconduzca de manera original el sentido del trabajo. Es decir, que el profesor imparta conocimientos y que el sistema y la sociedad le dejen impartir también una pizca de sabiduría; que los ejecutivos puedan invertir bien, en empresas honradas y de paso ganar dinero; y que podamos escuchar a un político explicar de verdad la situación real, además de decirnos qué va a hacer para solucionarla.

Pero para poner esta revolución asimétrica en marcha debemos poseer antes dicha asimetría (yo creo que la tenemos, porque nuestro corazón es asimétrico) y creer en ella, ya que es una bendición y a la vez salida a situaciones atenazantes.
Otro tema será lo que las empresas quieran escuchar en una entrevista o qué pida la administración a la hora de ofertar una plaza, ahora nos toca responder simétricamente o no.

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